31 de mayo de 2007

Unos minutos para reflexionar sobre la vida।
Celulosa y Forestación: Un Modelo DepredadorPor Raúl Zibechi *
La construcción de dos grandes fábricas de celulosa en el río Uruguay, que amenazan con contaminar el cauce binacional, son muestra de la profundización del modelo forestal impuesto por el neoliberalismo en los años 90.
Celulosa y Forestación: Dos Caras de un Modelo Depredador
Sobre un escenario instalado en el centro de Montevideo, el escritor Eduardo Galeano se dirigía en tono calmo a la multitud: “Hay decisiones que se toman en 15 minutos pero tienen consecuencias durante siglos”. Era el 27 de mayo, cuando se realizó una movilización contra la instalación de dos grandes fábricas de celulosa en las orillas del río Uruguay. No era la primera vez que las organizaciones ecologistas y sociales salían a la calle a manifestar su desacuerdo con dos megaproyectos que amenazan con contaminar el principal río del país, que además es compartido con Argentina, pero era el primero que se realizaba bajo un gobierno progresista o de izquierda. Por eso Galeano fue cauteloso: “Antes de tomar una decisión que nos parece grave y que puede implicar el envenenamiento del río y la reducción del poco humus que nos queda en la tierra, esto que va pudrir las aguas y secar las tierras, que es la experiencia triste que han dejado las fábricas de celulosa en Chile y Argentina, antes de tomar una decisión… piensen mucho lo que van a hacer.”
Sin embargo el gobierno de Tabaré Vázquez decidió autorizar la construcción de las plantas de la española Ence y la finlandesa Botnia. No sólo no escuchó a las organizaciones sociales, sindicatos, grupos ecologistas y profesionales universitarios, que demandaban tiempo y diálogo para profundizar los estudios de impacto ambiental, sino que tampoco escuchó al gobierno argentino, cuyo país se verá también perjudicado por la instalación de las plantas. El conflicto diplomático entre Uruguay y Argentina se arrastra desde hace tres años, pero en los últimos meses generó fuertes disputas entre los gobiernos de Néstor Kirchner y Vázquez.
El problema es que entre ambos países existen acuerdos firmados –como el Estatuto del Río Uruguay, regulado por una Comisión Administradora binacional– que estipula que si alguna de las partes proyecta obras que afecten la navegación, el régimen del río o la calidad de sus aguas, deberá comunicarlo a la Comisión. Si ambos países no llegaran a un acuerdo, puede llevarse el caso a la Corte Internacional de Justicia. Pero los gobernantes uruguayos nunca hicieron el planteo a los argentinos, porque estaban conscientes de que la respuesta iba a ser negativa. En todo caso, prefirieron violar los acuerdos internacionales a dejar de lado las inversiones que prometen las empresas de celulosa.
El 14 de setiembre, un fiscal de la justicia uruguaya presentó una demanda al ministerio de Medio Ambiente [1] en la que exige la prohibición de la instalación de Botnia por “la omisión en el cumplimiento de su deber de protección del medio ambiente y que se prohíba la instalación y la operativa de la planta.” El fiscal considera que los derechos ambientales de los uruguayos serían violados por la que será la fábrica de celulosa “de mayor volumen de producción en el mundo.” [2]
Monocultivo forestal
El diez por ciento de la superficie cultivable de Uruguay está sembrada con árboles para la producción de celulosa. El monocultivo de eucaliptus desplazó la importante producción cerealera (trigo, cebada, lino, girasol) que llegó a ser uno de los principales rubros de exportación del país. La fiebre forestadora se inició hace 16 años, impulsada por el modelo neoliberal y de la mano de organismos como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En ese momento la tonelada de madera pulpable se cotizaba a 60 dólares en el mercado internacional y la demanda era importante. En la visión de los organismos financieros, la tala indiscriminada de madera pulpable, a razón de 15 millones de hectáreas anuales en el mundo, imponía la sustitución de los bosques tropicales como insumo principal para la producción de papel y cartón.
Uruguay fue visualizado –entre otros países del tercer mundo– como un productor potencialmente importante de madera pulpable, y los gobiernos nacionales, a partir de 1988, siguieron al pie de la letra las recomendaciones de los organismos internacionales. Una de ellas consiste en los subsidios que otorga el Estado: 50% del costo de la forestación; créditos a muy bajo interés con una gracia de hasta diez años; exoneración de impuestos nacionales y municipales, y realización de obras de infraestructura (puentes, puertos, carreteras y ferrocarriles) para facilitar el transporte y la exportación de madera. En apenas 12 años el Estado uruguayo invirtió más de 500 millones de dólares (entre desembolsos directos e impuestos no recibidos) en apoyo a la forestación, casi un 4% del Producto Bruto Interno (PBI) anual del país. [3]
Los resultados de semejante inversión –que se ha hecho a costa de reducir los gastos en educación y salud de los uruguayos– han sido claramente negativos. Como muchos países siguieron las recomendaciones del BID y el Banco Mundial, la oferta mundial de madera pulpable creció y los precios bajaron a menos de la mitad de lo que habían alcanzado en el momento en el que se promovió la forestación masiva como negocio “seguro, rentable y confiable.” Ahora, con un precio que oscila entre 23 y 28 dólares la tonelada, muchos pequeños inversionistas privados no han podido recuperar la inversión.
En tanto, las grandes empresas ejercen una doble presión: para que el Estado construya grandes obras de infraestructura (al puerto de Montevideo ingresa un camión de 45 toneladas con madera cada cinco minutos) y ahora para que se construyan fábricas de celulosa para compensar la caída del precio de madera en bruto. Los principales forestadores son también los que instalarán las grandes fábricas: Weyerhaeuser, de Estados Unidos, posee 130.000 hectáreas de monocultivo forestal, la finlandesa Botnia tiene 57.000 y la española Ence otras 50.000.
Diversos estudios aseguran que los monocultivos forestales generan graves problemas al país. El monocultivo forestal expulsa población rural, ya que ocupa el último lugar en cuanto a empleo por hectárea: apenas cuatro trabajadores cada mil hectáreas, frente a seis que ocupa la ganadería extensiva, ocho el arroz y, en el extremo opuesto, 133 trabajadores por cada mil hectáreas la horticultura, 165 la viticultura y 211 la avicultura. Además, el avance de los cultivos forestales impide a los campesinos seguir cultivando sus tierras, porque resecan los suelos que quedan inaptos para la agricultura, y las fuentes de agua desaparecen.
Por otro lado, la Asociación de Inspectores de Trabajo del Uruguay (AITU) realizó una investigación que demuestra que unos 6.000 trabajadores forestales viven en condiciones de semi esclavitud. Un trabajador especializado que maneja la motosierra, que debe pagar de su propio bolsillo, gana apenas 5 dólares diarios, siendo el salario más elevado entre los forestales. Los inspectores concluyen: “El sistema es prácticamente de esclavitud. Pasan meses y meses sin recibir prácticamente nada en un ciclo en el cual ellos cortan, duermen, le mandan comida a la familia y no ven un peso. Duermen en condiciones infrahumanas, debajo de carpas casi siempre hechas con simples trozos de nailon y sobre el piso de tierra” [4].
En cuanto al impacto de la forestación sobre los suelos, un estudio realizado por un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República establece que luego de 25 años de forestación con eucaliptos los resultados son graves. [5] Los suelos se han vuelto más ácidos: mientras las praderas uruguayas tienen un pH de 6,5 a 6,8, los predios que tienen plantaciones forestales mostraron valores de 3,8 a 4. El eucalipto extrae grandes cantidades de calcio del suelo, contribuyendo a que el pH descienda, lo que provoca que el suelo sea menos permeable por la proliferación de hongos y micelios, que impiden que el agua penetre en la tierra aumentando así la erosión. Otros resultados, según el estudio, son la disminución de la fertilidad, del contenido de materia orgánica, y cambios irreversibles en la textura y estructura de los suelos.
Un estudio realizado en Chile demuestra que las regiones forestales son las que más se han empobrecido. Entre 1994 y 1998 algunas zonas con alto impacto de la forestación han registrado un crecimiento de la pobreza y la indigencia hasta en un 29%. [6] Chile, con más de dos millones de hectáreas forestadas, ha sido definido como el “modelo forestal” a seguir. Sin embargo, el estudio revela que los municipios donde el aumento de la pobreza ha sido mayor son aquellos en los que además de cultivos forestales hay plantas de celulosa y papel, como la Comuna de Constitución y la Comuna de Nacimiento, en el sur del país.
Por lo menos dos ministros del actual gobierno uruguayo (el de Ganadería, José Mujica, y el de Trabajo, Eduardo Bonomi) han declarado la necesidad de poner límites a la forestación. Mujica señaló que la forestación degrada los suelos y se mostró contrario a seguir beneficiando a las multinacionales forestadoras con generosos subsidios. En tanto, Bonomi denunció las condiciones irregulares de trabajo, la “tercerización y subcontratación irresponsable” que se registra en el sector y aseguró que el Estado va a comenzar a controlar el trabajo en ese sector.[7]
Celulosa y contaminación
Durante la campaña electoral de 2004, que llevó a la presidencia a Tabaré Vázquez, la izquierda (Encuentro Progresista-Frente Amplio) no quiso debatir en público sobre la construcción de las dos plantas de celulosa. Desde 1996 existe en la ciudad de Fray Bentos, donde se instarán las dos fábricas, el Movimiento por la Vida, el Trabajo y un Desarrollo Sustentable, cuyas principales dirigentes son mujeres militantes de la izquierda. Pese a ello, Vázquez nunca quiso recibirlas y se negó a debatir el tema.
Aunque el 60% de los uruguayos se oponen a las plantas de celulosa, la mayoría de los habitantes de Fray Bentos (unos 23.000) están a favor ya que los 600 puestos de trabajo que crearían las dos fábricas serían un respiro a la elevada desocupación que sufren. Sin embargo, los ambientalistas argumentan que la contaminación afectará a las 2.000 personas que viven del turismo en la zona, así como a la pesca artesanal en el río Uruguay. Son más que temores sin fundamento: en Chile, el gobierno decidió el cierre de la celulosa de Arauco al comprobar que fue responsable de la muerte de dos mil cisnes de cuello negro que son una atracción turística en la zona.
Lo cierto es que una sola de las fábricas verterá al río 200 toneladas anuales de nitrógeno y 20 toneladas de fósforo, además de las emisiones de dioxinas y furanos.[8] Greenpeace Argentina ha elaborado una lista para promover la Producción Limpia de papel, que incluye la eliminación del cloro en el proceso de blanqueo de la pasta de papel y su sustitución por oxígeno; eliminar los efluentes contaminantes, reciclándolos dentro del proceso; aumentar los porcentajes de papel reciclado en los papeles en venta y exigir la explotación sostenible de los recursos forestales.[9] Ninguna de estas recomendaciones ha sido tenida en cuenta.
Lo que llama la atención es que pese a las evidencias, la Dirección de Medio Ambiente de Uruguay aprobó –con algunas observaciones– la instalación de las plantas de Ence y Botnia. Más extraño aún es que el presidente Vázquez haya aceptado reunirse con los ejecutivos de Botnia pero nunca lo haya hecho con los ambientalistas y los movimientos sociales que se oponen a las fábricas. Éste es uno de los puntos clave, que muestra que los gobiernos de centro-izquierda de la región no tienen el menor interés en dar pasos serios para abandonar el modelo neoliberal.
Para el ministro de Economía uruguayo, Danilo Astori, los 1.100 millones de dólares que invertirá Botnia suponen un crecimiento del 1,6 por ciento del PBI pero, sobre todo, serán una buena señal para los inversores internacionales a los cuales el gobierno aspira atraer para resolver la crisis económica del país.[10] Sin embargo, por lo menos la mitad de la “inversión” total es dinero que nunca saldrá de Finlandia ya que corresponde a la parte que se invertirá en maquinaria.
El profesor de economía ecológica Carlos Pérez Arrarte estima que el único “valor agregado” que aportarán las plantas de celulosa son unos 270 puestos de trabajo cada una. En efecto, estima que el precio que las fábricas pagarán a los cultivadores de eucaliptos será el mismo, o menor aún, que el que se paga en el mercado internacional; que en la medida que las empresas están en “zonas francas”, no pagan impuestos; que los insumos y servicios que demandarán, incluyendo la energía, son de origen internacional; que tampoco requerirán servicios portuarios porque las plantas tienen sus propias terminales portuarias. En suma, que no alimentarán otras industrias de valor agregado para el país y, por lo tanto, “no existirán encadenamientos y dinamismos significativos” que contribuyan a dinamizar otros sectores productivos.[11] Por último, las utilidades serán, como suele suceder, transferidas a paraísos fiscales o sitios más seguros que los del tercer mundo.
Profundizar el modelo neoliberal
“El futuro de las plantas de celulosa está en Asia, Sudamérica y probablemente Rusia,” comentó a principios de año el director general de Stora Enso, empresa que tiene plantaciones de eucaliptos en el tercer mundo y también plantas de celulosa.[12] Todo indica que esa apreciación es correcta. Mientras en los países escandinavos, por ejemplo, los salarios y los impuestos son altos y las restricciones ambientales severas, en el tercer mundo muchos países se han convertido en “paraísos forestales” que ofrecen muchas facilidades y escasos obstáculos al negocio papelero. Pero así como en los países del Norte los ambientalistas han jugado un papel destacado a la hora de imponer restricciones a la contaminación de la industria, en el Sur están naciendo movimientos que empiezan a cuestionar el modelo forestal.
En Brasil, la sueca Stora Enso, asociada con la brasileña Veracruz en la firma Veracel, desplazó a miles de campesinos y a 37 de los 40 pueblos indígenas de la zona, al comprar miles de hectáreas en el nordeste pobre y rural. En setiembre de 2004, el Movimiento Sin Tierra ocupó terrenos de Veracel, talaron bosques de eucaliptos y plantaron frijoles para mostrar que esos terrenos son aptos para la agricultura. Es la opción de los desplazados por el modelo para no verse expropiados de sus medios de sobrevivencia.
El gobierno uruguayo se apresta a recibir más inversiones vinculadas a la celulosa, como acaba de señalar el ministro de Industria luego de la reciente Cumbre de las Naciones Unidas en Nueva York. En efecto, la firma estadounidense Weyerhaeuser, que ya posee 130.000 hectáreas forestadas, piensa invertir hasta 1.000 millones de dólares en la ampliación de sus negocios en Uruguay. Sólo la finlandesa Bornia producirá en 2007 un millón de toneladas, una cifra que supera la producción anual de las 60 plantas de celulosa existentes en Argentina. [13]
A fines de enero, en el Foro Social Mundial celebrado en Porto Alegre, Galeano y el premio Nóbel de la Paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, encabezaron una carta colectiva dirigida a Tabaré Vázquez en la que afirmaban que el modelo de monocultivo forestal “ha profundizado la exclusión social, la concentración y extranjerización de la tierra y la degradación del ambiente.” Agregaban que la construcción de las fábricas de celulosa consolidará ese modelo y “desplazará fuentes de trabajo locales en los sectores agropecuario, turístico y de la pesca, así como también impactará sobre la salud de la población local uruguaya y argentina”. Aunque parezca una ironía, tal vez los gobiernos progresistas –que fueron elegidos para salir del modelo neoliberal, que ha sido deslegitimado por la protesta social- sean los encargados de profundizarlo, como parece demostrarlo la política forestal, por lo menos en Uruguay. Uno de los dramas que enfrenta el movimiento social es su enorme soledad. Ante la falta de empleo, la población tiende a apoyar la instalación de cualquier fuente de trabajo sin importar demasiado las consecuencias a medio plazo. Además, y este punto es especialmente delicado, la llegada de nuevos gobiernos sensibles a los problemas de la gente, crea más y más dificultades a movimientos pequeños y de arraigo local.
Hasta ahora, como señala Greenpeace, “los gobiernos de ambos países prefirieron apostar a que la polémica se diluyera y bajara su intensidad. Ésa parece ser la política ambiental más popular: apostar a que la gente no se entere o no se movilice.” [14] Pero a fines de abril, unos 40.000 uruguayos y argentinos protagonizaron la mayor movilización contra las papeleras: un “abrazo” que unió las dos márgenes del río Uruguay en el puente que une la localidad de Gualeguaychú y la de Fray Bentos, a poca distancia del emplazamiento de las papeleras. Al parecer, éste es el único lenguaje que entienden los gobiernos, tanto los de derecha como los progresistas. www.EcoPortal.net
* Raúl Zibechi es miembro del Consejo de Redacción del semanario Brecha de Montevideo, docente e investigador sobre movimientos sociales en la Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor a varios grupos sociales। Es colaborador mensual con el IRC Programa de las Américas www.ircamericas.org. - Publicado en Programa de las Américas del International Relations Center (IRC)

¿Contaminan las papeleras?Por Recosur *
Un antiguo y nunca desmentido ranking elaborado por Naciones Unidas ubica la obtención de pasta de celulosa entre las cinco actividades industriales más contaminantes. Es decir, aquellas que liberan subproductos de alta persistencia en el ambiente (los organoclorados, principalmente) y potencialmente cancerígenos.
1) ¿El paisaje futuro de la costa del río Uruguay?
Sergio Federovisky
La modernidad, dicen los teóricos, impone nuevos conflictos. O conflictos viejos por temas nuevos. La ecología aparece como un tema novedoso, aunque esconde –o subraya, según se vea– la esencia de los conflictos habituales de la humanidad. El catalán Joan Martinez Allier, sin reduccionismos, sostuvo académicamente que todo problema ambiental en verdad es el emergente de un problema económico (la aplicación de tecnología no contaminante o, mejor dicho, la resistencia de la industria a aplicarla es la confirmación de esa hipótesis). Parafraseándolo, quizás, a partir de Gualeguaychú comprobemos que toda batalla cuyo eje temático sea el medio ambiente es en el fondo una batalla económica.
Tomás Maldonado decía en su libro Ambiente Humano e Ideología que seguramente la ecología era una moda. Pero que como toda moda, su costado útil es que, una vez que es reemplazada por otra moda, algo deja al menos en el inconsciente colectivo. Aun siendo éstos los retazos de la moda, bien vale la pena analizar un conflicto por motivos un tanto más humanos, un tanto menos inmediatistas o grotescos que aquellos a los que estamos habituados.
El escándalo de las papeleras que Uruguay aceptó construir en Fray Bentos, a orillas del río homónimo del cariñosamente llamado "paisito", y la consecuente batalla desatada entre vecinos desconfiados, ambientalistas en su salsa, políticos recién llegados a la ecología, diplomáticos molestos con el exceso de desprolijidad que propone la lucha popular y empresarios que actúan como si nunca hubieran siquiera lanzado un papel fuera del cesto representa una puesta en escena inédita por estos barrios: el arribo de los conflictos nacidos y sostenidos en la defensa del medio ambiente.
Los activistas globalifóbicos y muchos militantes ecologistas del Primer Mundo pueden presentar credenciales de peleas similares. Sin embargo, casi nadie puede arrogarse haber ubicado una consigna ambiental en el centro de una lucha popular. Y efectivamente, aunque suene demodé y setentista, la épica de 40.000 personas –sobre 70.000 habitantes totales– cortando un puente internacional allá por abril y decenas de cortes posteriores sin más organización que la espontánea de una ciudad pequeña no pueden sino definirse como lucha popular.
Pero antes de llegar a la descripción de cada uno de los protagonistas y las tácticas o estrategias que los convocan, enfrentan o equiparan, conviene describir la verdadera esencia, el telón sobre el que se desenvuelve la crisis.
Desiertos verdes
Hace aproximadamente 25 años, la industria internacional consumidora de papel descubrió que su stock de árboles decrecía, que la demanda se acentuaba y que las crecientes regulaciones ambientales en el Primer Mundo iban en detrimento de dicha actividad. En consecuencia, el abastecimiento de pasta de celulosa –materia prima inevitable para hacer papel– empezaba a entrar en riesgo futuro.
Como estamos en el capitalismo, no hay que olvidarlo, los carteles de la pasta de celulosa –comandados por los nórdicos, por aquello de que en los albores de la industria era de los pinos escandinavos de donde se sacaba mejor celulosa– comenzaron a planificar el siglo XXI. Y descubrieron que vastos territorios quizás alguna vez boscosos y postreramente ganaderos podían cobijar nuevos bosques, pero esta vez plantados pensando en su futuro papel (o en el papel futuro). Así nacieron lo que muchos prestigiosos ecólogos y biólogos denominaron "desiertos verdes": miles de hectáreas de bellos bosques conformados por una sola especie.
"¿Por qué cree que Uruguay no es un país forestal?", le preguntaron al actual ministro de Ganadería, Pesca y Agricultura de ese país, el pintoresco José "Pepe" Mugica, quien, dicho sea de paso, se manifestó a favor de la inversión que significarán las papeleras, siempre que no hipotequen ambientalmente al río Uruguay. "Porque nunca vi que la naturaleza haga el mamarracho de hacer un bosque con una sola especie", explicó como el mejor de los expertos en ecología vegetal.
Los productores mundiales de pasta de celulosa concretaron lo que, también en lenguaje setentista, se conocía como "división internacional del trabajo" y hoy se describe como un subproducto nocivo pero inescindible de la globalización. Determinaron que la pasta de celulosa que seguirán consumiendo los países centrales (ya sea para consumo directo o para fabricar papel que luego importaremos los países no centrales) se obtendrá en estas naciones periféricas de tierras fértiles, mano de obra barata, escenarios contaminables y leyes ambientales persistentemente laxas.
De ese modo idearon el proceso, sabiendo de antemano que al final del desarrollo del bosque de una sola especie (en general, eucalipto) debía haber una "pastera" (planta de obtención de pasta base de celulosa) esperando.
De aquellas forestaciones masivas a estas papeleras
Por eso los empresarios representativos de la empresa finlandesa Botnia –una de las dos en conflicto frente a Gualeguaychú– dicen y escriben que están completando la cadena de un polo de desarrollo forestal. Por eso, dicen que habrá "pasteras" en toda la cuenca del río Uruguay, para poder procesar al pie de las forestaciones los miles de árboles allí ya crecidos. Y por eso, groseramente, dicen que en caso de persistir en su oposición a las papeleras, el gobierno de Entre Ríos –territorio con mayor cantidad de bosques implantados que la República Oriental del Uruguay– deberá importar toneladas de vaselina para ubicar en algún lado tantos eucaliptos.
Tan brutal es el proceso de otorgamiento de roles por parte del capital internacional, que ya se sabe que del total de la producción anual de pasta base de celulosa de las dos papeleras de Fray Bentos, el 90 por ciento ya está previamente colocado en mercados de los Estados Unidos y Europa.
Aquí queda la contaminación y algunas divisas.
Los actores
"Si hoy uno sigue una llamada directa a actuar, esa acción no se realizará en un espacio vacío, sino dentro de las coordenadas ideológicas hegemónicas: aquellos que 'realmente quieren hacer algo para ayudar a la gente' se involucran en hazañas (indudablemente honorables) como los Médicos sin Frontera, Greenpeace, campañas feministas y antirracistas que, no sólo son toleradas, sino incluso apoyadas por los medios de comunicación, aun cuando se entrometan aparentemente en el territorio económico (digamos, denunciando y boicoteando compañías que no respetan las condiciones ecológicas o que utilizan mano de obra infantil). Son toleradas y apoyadas con tal de que no se acerquen demasiado a un cierto límite. Este tipo de actividad proporciona el ejemplo perfecto de interpasividad: de hacer cosas no para lograr algo, sino para evitar que algo pase realmente, que algo realmente cambie."
El párrafo anterior no fue escrito ahora ni tampoco por ningún participante de la trifulca de las papeleras. Lo escribió el filósofo esloveno Slavoj Zizek en un libro de título de la Guerra Fría (A propósito de Lenin) pero subtítulo contemporáneo (Política y subjetividad en el capitalismo tardío). Convendrá releerlo dentro de un tiempo cuando el resultado de la batalla por las papeleras sea el que ya vislumbran los actores con sentido común: un presidente uruguayo cortando la cinta del supuesto progreso para sus conciudadanos.
1. Uruguay
El paisito está atado no a la decisión de éste o el anterior gobierno sino a lo que muchos economistas amantes del mercado sacralizan como "políticas de Estado". La política de Estado de Uruguay en este tema, insistimos, fue decidida hace un cuarto de siglo cuando se inició la forestación masiva, sin considerar ni el impacto ecológico negativo del monocultivo forestal ni el posterior de las pasteras que irremediablemente deben instalar al final del proceso.
Es por eso que en el horizonte inmediato aparece el condicionamiento establecido por las empresas papeleras que, conocedoras e impulsoras de ese proceso, impusieron cláusulas monumentalmente leoninas al Estado uruguayo en caso de incumplir los contratos. Y, una vez sorteado el actual escollo del conflicto con Argentina –más bien, con la gente de Gualeguaychú–, hay una ristra de proyectos de pasteras a ser instalados en ese sitio.
2. Gualeguaychú
Conocedora de los antecedentes poco felices de la industria celulósica en materia de contaminación en el mundo, los ciudadanos de Gualeguaychú son claros ejecutores de la política de NIMBY ("Not In My Back Yard", algo así como "no en mi jardín"). Tanto es así, que cuando surgió de la Cancillería argentina la propuesta negociadora de trasladar las papeleras cien kilómetros al sur de Gualeguaychú, muchos respiraron aliviados por aquello de que "no lo voy a sufrir yo". Sólo Greenpeace puso un poco la pelota contra el piso en este último tramo de esta historia, al señalar que ésa era una manera de administrar el conflicto sin resolver la cuestión de fondo.
Pero aun cuando el NIMBY parezca una mirada egoísta sobre el conflicto, no es menos cierto que nadie le consultó a la población de Gualeguaychú si quería pagar con impacto ambiental el presunto beneficio económico y laboral de terceros (los uruguayos).
3. Argentina
Es la de peor situación en el conflicto. El país tiene escasa autoridad moral para reclamar a Uruguay que detenga una industria presuntamente contaminante. La Argentina queda, a los ojos de cualquiera que observe con desapasionamiento el asunto, presa del doble estándar. Por un lado, aparece amenazando con ir a los foros internacionales a defender su derecho al ambiente sano y, por otro, el país tiene fronteras adentro un desbarajuste ambiental imposible de disimular.
Citemos un ejemplo pertinente. Argentina fundamenta su protesta diplomática por el tema de las papeleras en el recurso compartido –el río Uruguay– que aparece amenazado por este proyecto. Hace apenas dos meses, se dio a conocer un estudio realizado por Freplata –organismo ambiental binacional rioplatense– donde quedaba en evidencia la contaminación record del Río de la Plata. El informe contenía tres conclusiones categóricas respecto de ese "recurso compartido" entre Buenos Aires y Montevideo: a) que Uruguay había revertido la contaminación de origen cloacal que se había expresado en sus costas hace una década; b) que la costa de Buenos Aires había alcanzado en ese mismo tiempo y hasta la actualidad niveles de contaminación similares al Riachuelo y el Río de la Plata; c) que la casi totalidad de la contaminación del Río de la Plata como cuerpo de agua se explica por la actividad incontrolada de las industrias radicadas del lado argentino y por la ausencia de tratamiento de los residuos cloacales de las ciudades emplazadas desde Santa Fe hasta Magdalena.
¿Contaminan las papeleras?
Un antiguo y nunca desmentido ranking elaborado por Naciones Unidas ubica la obtención de pasta de celulosa entre las cinco actividades industriales más contaminantes. Es decir, aquellas que liberan subproductos de alta persistencia en el ambiente (los organoclorados, principalmente) y potencialmente cancerígenos.
Tanto Ence (de origen español) como Botnia (de origen finlandés) tienen –de forma directa o por la tecnología que utilizan– precarios antecedentes en esta materia. Ence, en especial, administra desde hace 50 años una planta de obtención de pasta de celulosa en Pontevedra, en las rías gallegas. Cuenta la leyenda que Ence, originalmente del Estado franquista, fue instalada a bayoneta limpia de la mano de aquel latiguillo del generalísimo que proponía que lo estatal y fabril eran sinónimos de progreso, dejaren el tendal (social, ambiental) que dejaren. Marchas, protestas y hasta una condena firme por daño ambiental consuetudinario no consiguieron que Ence abandonara las rías baixas y, con ella, el olor a huevo podrido (ácido sulfhídrico) característico del proceso de separación de la lignina de la madera. El alcalde de Pontevedra ha recomendado a su par de Gualeguaychú que haga lo imposible por impedir la planta de Ence en Fray Bentos. Y se presume que sabe de qué habla.
A Botnia –o a su tecnología– le atribuyen tanto la supuesta limpieza de la producción de celulosa en los alrededores de Helsinki como dos episodios tan confusos como lesivos para el ambiente. Uno, el de una planta instalada en Valdivia, Chile, donde organismos oficiales de los Estados Unidos reclamaron el cese de su funcionamiento por haber destruido el santuario natural de río Cruces, donde de 6000 cisnes apenas quedaron 300 agobiados por la contaminación liberada aguas arriba. La otra es la planta de Espíritu Santo, en Brasil, donde comparten la crítica por la contaminación fabril con las acusaciones de haber favorecido la pérdida de bosques nativos a favor de megaplantaciones de pinos y eucaliptos con horizonte de papel.
Los expertos dicen que no sólo la liberación de ingentes cantidades de sustancias nocivas es motivo de contaminación. Una playa como la que utilizan los turistas que van a Gualeguaychú, frente a la cual se erija una chimenea ajena a cualquier paisaje natural, bien puede considerarse que ha sido contaminada.
También vendrán quienes pregunten por qué tanta alharaca si nuestra convivencia con esta amenaza ambiental es anterior al conflicto de Fray Bentos: sólo en Brasil la industria de la celulosa contiene a 220 plantas fabriles y en la Argentina hay una docena de industrias, todas ellas a la vera del Paraná y algunas de ellas con denuncias y clausuras por contaminación.
Otros sostendrán que se trata de un nuevo episodio de la saga que confronta a medio ambiente con progreso y que sólo se trata de controlar que no se contamine por encima de los valores permitidos (de contaminación). Pero será más difícil explicar, sin recurrir a los clásicos y a cierto setentismo, por qué la Unión Europea resolvió erradicar de su territorio para la próxima década tecnología de producción de pasta de celulosa que persiste y se inaugura día a día por estos arrabales.
Habrá que preguntarse, en el mar de la globalización, cuánta ecología le toca a la parte más desigual del mundo.
Fuente: www.pagina12.com.ar (Argentina)
2) Más claro, echale agua: papeleras: no pasarán
25/01/06 - En los últimos meses mucho y variado se ha escuchado sobre las plantas de celulosa, aquí va una nota por demás elocuente, argumental e informativa de Amigos de la Tierra.
No se trata de sacar el izquierdómetro para medir quién es más progresista, o verificar el ADN histórico para ver si somos pueblos hermanos o medio hermanos, validar la protesta de acuerdo a si son 10 o 200 militantes con o sin el gobernador, o ecualizar la demanda en función de una tradición ecologista que autorice o no a opinar.
No es así. Se trata de nosotros. Se trata del río Uruguay sobre el cual hay un tratado binacional de preservación que está siendo violado, la intención de poderosas corporaciones europeas a las cuales ES POSIBLE ECHAR por la presión popular y por la de la ley (ya llegan más plantas de celulosa prohibidas en otras partes del mundo).
Esta lucha no debe jugarse en el campo de la defensa o desestabilización de ningún gobierno. Se trata de decisión soberana de los pueblos de defender su derecho a la vida. Más claro...
“Aquí lo que estamos defendiendo es un modelo de vida, una forma humanitaria, un modelo distinto al que se viene proponiendo, una forma que nos haga ser protagonistas de nuestra propia historia y no que los países poderosos nos vengan a imponer como lo vienen haciendo desde hace muchos siglos, la forma en que tenemos que vivir. Nos tenemos que poner en pie los argentinos y el pueblo uruguayo y decir «No señores» nosotros elegimos nuestra forma de vivir, queremos cuidar nuestros recursos, sabemos que acá debajo de la planta de nuestros pies hay un acuífero que es que brindará agua potable, que es el recurso vital que se está terminando y lo queremos cuidar en preservación de la vida humana.”
Nota completa:
Conversación con Lilia Moyano, desde la cabecera del puente internacional general artigas, en colón, entre ríos.
Mi nombre es Lilia Moyano. Yo pertenezco a la Asamblea Ciudadana Ambiental de Colón de Entre Ríos, y estamos desde el jueves interceptando los cuatro camiones que iban para la empresa Botnia, que llevan las estructuras para realizar las plantas, iban a pasar por nuestro puente, entonces nosotros los interceptamos y los vecinos de Colón les impedimos el paso. Acá hay cinco camiones (por uno más que había bloqueado Greenpeace).
Luego nuestro abogado de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú, Colón, del Foro de las Asambleas de la Cuenca, presentó ante el juzgado de Concepción del Uruguay, una demanda de que los vecinos pedíamos, considerando que las plantas son contaminantes y hay muchos elementos objetivos para afirmarlo, los vecinos solicitamos que los camiones que van con mercadería o estructuras, lo que fuere, a las empresas Botnia y Ence no transiten por territorio argentino. La fiscal no se pudo expedir porque dijo que tenía que esperar los resultados de la Comisión Binacional, que se entregarían el 31 de enero. El juez entonces respetó la decisión de la fiscal, y el juez decidirá después del 31 de enero cuando la fiscal presente su informe.
Los vecinos decidimos quedarnos en la ruta, en la cabecera del puente para que no pase ningún camión que vaya para la empresa, en tanto y en cuanto el juez no se haya expedido. O sea que nos quedaremos 14 días más en el puente. El puente no está cortado, esta abierto, no hay corte de ruta, es de libre tránsito, solamente bloqueamos el paso a los camiones que van para las empresas. Hasta ahora acá en la cabecera del puente hay cuatro. Desde hace dos días, a 20km en una estación de servicio, que está en la ruta del puente, que es la 135 y la ruta 14 nacional, hay dos camiones más esperando para pasar que van para la empresa Botnia, y en el peaje de Gualeguaychú, desde ayer a la tarde hay cuatro camiones más, también que tienen como destino pasar por Colón y están esperando ahí, en una estación de servicio que está a la salida de Gualeguaychú.
Cuando vino el camión, que eran cuatro que venían juntos, nos paramos en el medio de la ruta, por el lugar donde ellos iban a pasar, y empezamos a aplaudir y a gritar y decir que «No Pasarán, No Pasarán». Los camiones se tuvieron que detener. La gendarmería bajó la barrera ante la situación. Teníamos en ese momento 150 personas. Los camiones entonces quedaron detenidos y nuestros abogados comenzaron a accionar.
Para nosotros es importante que la carga que llevan a Botnia no llegue a destino, porque Uruguay permite que las empresas se instalen, que se estén construyendo inclusive, que su puerto se esté construyendo, en violación binacional que existe que es el Tratado del río Uruguay. La República hermana del Uruguay, por decisión unánime decidió que las plantas se instalen y que el puerto se construya. El río Uruguay es un recurso compartido por ambos países, entonces por eso existe ese tratado. La consulta debería haber sido realizado a la Argentina y debería haberse consensuado.
Los vecinos decidimos hacer valer el tratado de esta forma. No permitiendo que el material llegue al punto de destino, porque las plantas son ilegales y además hay datos certeros, de que son muy contaminantes. Tal es así que el método que van a usar, a partir de 2007 en Europa ya no se va a usar. A partir de 2007, la normativa europea dice que el método para el blanqueo de pulpa de celulosa es el método totalmente libre de cloro. Acá dicen los empresarios de Botnia y Ence que están utilizando la última tecnología, cosa que no es verdad, porque está vigente por este año, pero ya caduca y a partir del año que viene, se comienza a usar la otra tecnología.
De todos modos, más allá de las tecnologías que se empleen, los ciudadanos de Entre Ríos nos preguntamos, cuál es el modelo que nosotros queremos, cuál es modelo económico que queremos para nuestra región. No queremos plantas de celulosa, porque plantas de celulosa implican monocultivo, implica represas sobre nuestro río, implica que se va imponer un modelo industrial, cuando el pueblo de Entre Ríos, naturalmente, en la cuenca del Río Uruguay está eligiendo un modelo económico sustentable turístico. Todo esto se está firmando a espaldas de la ciudadanía del pueblo de Entre Ríos. Por lo tanto, nosotros estamos deteniendo los camiones en la ruta, para que las plantas no se instalen.
Estamos hablando del modelo turístico que nosotros elegimos. La ciudad de Gualeguaychú es el primer carnaval del país. Es una ciudad altamente turística y la ciudad de Colón por supuesto que también y todo el mundo lo sabe. Si nosotros permitimos que se instalen las plantas de celulosa, nos están cambiando el modelo que nosotros elegimos para vivir. Esto es algo que compartimos entre todos los vecinos, entre todos los que vivimos en la cuenca. Estén ó no a favor de las plantas de celulosa, la gente lo que dice, es que quiere un modelo turístico, porque es el modelo que naturalmente nos está haciendo una economía sustentable, sin depredación del medio ambiente, dejándole un futuro promisorio a las generaciones que vienen, no permitiendo la contaminación del río, por el sistema de represas ó por el sistema que se use para el blanqueo de las pastas de celulosas.
Queremos un modelo sustentable en la región, y los procesos que se están manifestando en la región ya lo están demostrando. Los cortes de ruta, los bloqueos de puentes, acá de camiones, están demostrando los procesos sociales en oposición a un modelo que se está queriendo imponer, en este caso desde los países europeos.
La causa que estamos peleando en Entre Ríos, que la población, que los ciudadanos argentinos y uruguayos entiendan que es una causa por el futuro de todos. El pueblo uruguayo y el pueblo argentino se verá gravemente afectado por las instalaciones de plantas de celulosa. Para el pueblo argentino, esto debiera ser una causa nacional, aspiramos a que lo sea, porque lo que estamos haciendo es defendiendo nuestros recursos naturales. Ante la gran hambruna que hay en el mundo no puede ser que se contamine un río, ó que la tierra se utilice para el monocultivo, una tierra perfectamente cultivable, que brindaría alimento y solucionaría el problema del hambre en muchas regiones del mundo seguramente.
Aquí lo que estamos defendiendo es un modelo de vida, una forma humanitaria, un modelo distinto al que se viene proponiendo, una forma que nos haga ser protagonistas de nuestra propia historia y no que los países poderosos nos vengan a imponer como lo vienen haciendo desde hace muchos siglos, la forma en que tenemos que vivir. Nos tenemos que poner en pie los argentinos y el pueblo uruguayo y decir «No señores» nosotros elegimos nuestra forma de vivir, queremos cuidar nuestros recursos, sabemos que acá debajo de la planta de nuestros pies hay un acuífero que es que brindará agua potable, que es el recurso vital que se está terminando y lo queremos cuidar en preservación de la vida humana.
Fuente: Amigos de la Tierra
3) Conviviendo con la contaminación de la planta de celulosa en Pontevedra
Esta carta fue enviada al Grupo Guayubira por una ciudadana española que convive desde su niñez con los efectos producidos por una planta de celulosa de la empresa española ENCE, la misma que pretende instalarse en Fray Bentos. Esta empresa es la que ha destruido el ambiente en Pontevedra, lugar desde donde fue enviada esta carta el día 20 de octubre de 2003.
El testimonio es muy valioso en sí mismo, porque describe cómo empeoraron las condiciones de vida en esta región de España, en pos de un “desarrollo” y una mejora en el empleo que no han sido tales.
Carta desde PontevedraHola amigos y amigas,Me llamo Maricarmen, vivo en las afueras de la ciudad de Pontevedra, a ocho Km del complejo ENCE, cuando sopla viento del Sur me llega el olor del mar, cuando viene del Norte, huele a “huevo podrido”. Son los olores que me acompañaron toda la vida. Mi casa está en un rincón de la ría de Pontevedra, un paraíso en miniatura, empañado por el humo constante que sale de las tres chimeneas de Celulosas.
Yo sé que el paisaje uruguayo también tiene sus pequeños paraísos, y alguien me ha dicho que van a instalaros Celulosas ahí: ¡No lo permitáis!, ¡luchad con todas vuestras fuerzas, con todas las armas que tengáis a mano!. No hagais pactos con el diablo.
Los políticos os dirán que se crearán muchos puestos de trabajo y que hoy en día la ciencia ha avanzado mucho, que la contaminación es cosa del pasado. ¡No les creáis! ¡es mentira!... Contaminarán vuestras aguas, llenarán el aire con un olor a cloro que irritará los ojos y las gargantas de los niños, y el cáncer aumentará de forma alarmante.
Cada puesto de trabajo lo pagaréis con cientos de afectados por enfermedades respiratorias. ¡Ah! Y no soñéis los uruguayos con tener un puesto de responsabilidad en esa empresa, ¡eso jamás!, porque ser un alto cargo supone tener acceso a todo tipo de información privilegiada sobre lo que se contamina realmente y sobre el daño que se causa; por lo tanto, los que desempeñen esos cargos serán gente extranjera. También tendrán que contratar a licenciados en Química, pero no habrá ningún químico uruguayo ocupando esos puestos, está prohibido, traerán a gente de afuera, personas que no sufran, que no estén implicadas con el entorno.
Los únicos puestos de trabajo que habrá para los uruguayos, serán para los obreros que realizan el trabajo duro, los que tengan que cargar con el trabajo pesado y de más riesgo para su salud, los que estén en contacto con el peligro.
Me gustaría escribiros una carta corta, clara, precisa, con datos científicos que os hicieran comprender, pero soy incapaz de hacerlo porque desde que nací he vivido este ambiente, por lo tanto, la información que puedo daros está compuesta de recuerdos, sensaciones, olores y dolores. Todo mezclado. Sobre todo los recuerdos... voy a contaros unos pocos: Tengo 44 años, cuando nací, Celulosas estaba recién instaurada. Recuerdo que mis padres hablaban de la resistencia de nuestras gentes a que unos arenales plagados de marisco y riqueza natural, fueran profanados por unos desalmados. La represión fue terrible, eran tiempos de dictadura, de policía montada cargando contra mujeres, ancianos y niños.
Recuerdo cuando era chiquita y estaba en la playa con mi padre. Él metía su mano entre las piedras, y cuando la sacaba, tenía tres o cuatro nécoras o cangrejos enganchados a sus dedos, recogíamos mejillones y lapas pegados a las rocas y jugábamos con los innumerables caballitos de mar. Ahora soy madre y no puedo compartir esto con mis hijos, porque ya no hay cangrejos entre las piedras; los mejillones sólo crecen en las bateas y antes de comerlos deben pasar por la depuradora*; los caballitos de mar son una rareza y el agua está asquerosa.
Recuerdo cuando tenía doce años, estudiaba en un colegio de monjas y tenía compañeras que vivían por los alrededores de celulosas. Cada día, entre risas me contaban anécdotas de su vida cotidiana: No podían dejar la ropa a secar en el jardín, porque cuando iban a recogerla, estaba llena de agujeros. Iban a protestar en las oficinas de celulosas y estos les pagaban el doble de lo que valía la ropa, a cambio de su silencio. Las persianas de sus casas, también se llenaban de agujeros, e incluso el aluminio de las ventanas se estropeaba. “No hay problema”, decían, “celulosas paga todo”.
Pero poco a poco esas niñas se iban marchando, ya no venían al colegio, sus padres abandonaban la casa y se iban a otro lugar, lejos de aquí.
Recuerdo que un día, una maestra nos llevó a visitar la fábrica, éramos treinta niñas, con nuestros uniformes de colegialas. El guía nos iba llevando por los lugares menos peligrosos y nos recitaba una y otra vez la misma frase, que la contaminación era inexistente y no había peligro alguno. Pero teníamos que ir por dónde él nos mandaba, sin desviarnos por los lugares prohibidos. De pronto una de las niñas empezó a llorar y a gritar. Era la hija de uno de los obreros que trabajaban allí; su padre estaba en el Hospital porque hacía unos días, tuvo que hacer un trabajo en uno de los lugares peligrosos y se había olvidado de ponerse el traje de amianto.
Nosotras no sabíamos qué significaba eso, pero todas nos pusimos a llorar y la profesora, avergonzada, nos sacó de allí.
Recuerdo hace unos quince años, mis hijos eran muy pequeños. Aquél día las noticias de la televisión fueron muy divertidas. Las cámaras se habían desplazado a los arenales próximos a celulosas porque allí se había producido un hecho muy curioso:
Las mariscadoras que estaban trabajando desde la mañana temprano, hacían declaraciones, lloraban y reían. Unas contaban que habían visto una especie de OVNI, otras, que se les había aparecido algo sobrenatural. Todas tenían los pelos de punta y la carne de gallina. Unas vomitaban y otras tenían mareos y desmayos. Hablaban de una especie de nube que las envolvió de pronto y el cuerpo se les estremeció. Los expertos debatían ante las cámaras y decían que, sin duda se trataba de una sugestión colectiva y “ya se sabe, esta gente ignorante hace cosas así”. Toda España se reía de las pobres mariscadoras que no sabían qué les estaba ocurriendo.
Esa misma noche recibí una llamada desde Canadá, mi marido es marino mercante y se encontraba en las costas de Terra Nova. Estaba aterrorizado cuando habló conmigo. Y yo... ¡no me había enterado de nada!.El noticiario de aquél país contó la verdad: “Una fábrica de celulosas ubicada en las Rías Bajas gallegas, tuvo un escape de gas, y durante varias horas, toda la Península del Morrazo, al Sur de Galicia, vivió con terror la situación de peligro. Se temía por la vida de miles de personas en caso de que hubiera una explosión”. Los noticiarios de España no sabían nada y se limitaron a hacernos reír con las bobadas de Ovnis y apariciones, para que no supiéramos la verdad.
Y así, día a día, con cuentagotas, se suceden los pequeños desastres, recuerdos que vamos contando a quién quiere escuchar.
Uno no tiene sensación de peligro, la vida cotidiana transcurre normalmente y la vida se disfruta; pero cuando miras esas chimeneas recuerdas el dolor. Cuando miras el humo, sientes la sombra de la muerte, que te aguarda sin hacer ruido.
Bueno amigos, esto es todo lo que yo puedo contaros, no sé si he sido capaz de transmitiros todo lo que siento, no sé si habéis comprendido, no sé si mi carta os dará fuerzas para luchar y sabiduría para resistir. ¡Animo!. Desde aquí mi apoyo incondicional y un gran abrazo para todos.
Vuestra amigaMaría del Carmen Santos Piñeiro
4) Los Charruas no son el enemigo principal
Contraponer desarrollo económico con cuidado del ecosistema, es una de las falacias que a impuesto Washington en los distintos foros mundiales. En la controversia en torno a las papeleras que se están instalando en Fray Bentos, lentamente estamos comenzando a desbarrancarnos. De un lado del río se habla de ecología, del otro de terminar con el hambre de los niños. Y en ambos casos hay quienes están atizando el fuego del chovinismo.
Los pueblos de Argentina y Uruguay, deberíamos comenzar a pensar que el enemigo principal no está en la ribera de enfrente. No es tarde todavía para que recordemos que los imperialismo fueron históricamente muy hábiles en explotar las pequeñas diferencias que a veces solemos tener.
No se termina de entender porque el gobierno uruguayo, el del Frente Amplio, estamos hablando, el que venció a la oligarquía de los partidos Nacional y Colorado, tiene una política tan chovinista con el tema de las papeleras. No se termina de entender como el dirigente del MPP (ex-Tupamaros) Eleuterio Fernández Huidobro haya tratado a la izquierda uruguaya como: "la pintoresca izquierda cholula de Uruguay, que no sólo se parece cada día más a los porteños sino que lisa y llanamente se ha pasado a su bando, como en el estridente y vergonzoso caso de las papeleras". No fueron menos lamentables las declaraciones del diputado del MPP, Carlos Gamou, que después de la acción de Greenpeace en el muelle de Botnia, dijo refiriéndose a la organización ecologista: "Les haría falta escuchar un poco más el ruido insoportable de niños con hambre y dejarse de joder con el ruido de los pajaritos.
Desde nuestro lado no podemos suponer que un gobernador como el entrerriano Jorge Busti, devenido en "ambientalista", se haya transformado en un dirigente, aunque sea progresista. Sólo hay que ver la política de su gobierno en materia educativa y en referencia al conflicto docente durante 2005, para darnos cuenta que lo más alejado de una política popular es Busti. Algunas voces del gobierno nacional, le hacen coro. Y en algunos ámbitos el tufillo chovinista comienza a hacer pie. Por su parte los grandes medios de prensa de ambas orillas le agregan, cada día, un poco de condimento al "diferendo", con lo cual aumentan la tirada, tienen un tema caliente en el verano y como de costumbre juegan hacen su juego a favor de las clases dominantes.
En un momento en que los pueblos latinoamericanos comienzan a mirarse a si mismos como hermanos. En un momento en se comienza a hablar seriamente de integración latinoamericana. Cuando varios países comienzan a pararse frente a los yanquis con políticas independientes. En un momento así no podemos permitirnos ni por asomo que nos vuelvan a dividir como en el siglo XIX.
Artigas no fue el enemigo de los porteños, ese fue el bolazo que nos hicieron tragar los escribas de la historiografía oficial y oligárquica. Artigas fue el enemigo de la oligarquía y luchó por la libertad de los de abajo. En la Buenas Aires del segundo decenio del siglo XIX, era la oligarquía la que mandaba. La misma que hacía negocios con el imperialismo inglés y que años más tarde masacró -junto con las clases dominante brasilera y uruguaya- al pueblo paraguayo.
La defensa del medio ambiente encarada por la Asamblea Ambientalista de Guleguaychú es correcta. El río no le pertenece ni al gobierno uruguayo, ni al argentino, tampoco a Botnia o Ense. El río Uruguay pertenece a todos los habitantes de estas tierras, luchar por impedir su contaminación es un deber para cada uno de nosotros.
Pero estamos -en las dos orillas- caminando por el filo del chovinismo. Caer en ese terreno sería hacerle el juego a la derecha, a los capitalistas, a los imperialismos. A los que históricamente dividieron y saquearon América Latina.
Carlos AntónAgencia Walsh
5) Banco mundial: la decisión de financiar plantas de celulosa aún no ha sido tomada
Comunicado de prensa 24 de enero de 2006
El 23 de enero, cuatro representantes del Banco Mundial [1] se reunieron con el Grupo Guayubira para solicitar aportes del grupo acerca del proceso de consulta que dicho organismo llevará a cabo vinculado con el préstamo solicitado por Botnia y Ence a la Corporación Financiera Internacional.
Patricio Nelson, integrante de la empresa contratada por el Banco para actuar como facilitadora en el proceso de consulta, explicó que ésta se llevará a cabo en base al informe de evaluación de impacto acumulativo producido por la empresa Pacific Consultants International y que todas las partes interesadas podrán presentar sus opiniones al respecto.
Los representantes de Guayubira cuestionaron el proceso, dado que el informe de la consultora japonesa contratada por el Banco para hacer la evaluación de impactos acumulados de las dos plantas de celulosa carece de la objetividad necesaria como para constituirse en base de una discusión seria e informada.
Al respecto, se presentaron varios ejemplos concretos demostrando que el informe está totalmente sesgado a favor de la forestación y de las fábricas de celulosa. En particular se denunció:
- afirmaciones sin fundamento científico con respecto a las "bondades" de la forestación, en particular la afirmación de que las plantaciones aumentan la biodiversidad
- la manipulación de información acerca del empleo generado en la forestación- el uso selectivo de información, omitiendo (de un mismo estudio) las partes críticas a la forestación y destacando sólo las consideradas positivas- la omisión de información relevante, en particular con respecto a la generación de dioxinas por plantas con proceso de blanqueo en base a dióxido de cloro, tales como las que se plantea instalar en Uruguay- la utilización de muy escasas fuentes de información acerca de la contaminación generada por este tipo de plantas y todas ellas vinculadas directamente a la industria de la celulosa- la adjetivación utilizada para esconder aspectos esenciales como la generación de residuos peligrosos ("pequeñas cantidades"), cuando en realidad se trata de unas 200 toneladas anuales - la inexistencia de estudios concretos acerca de los supuestos empleos indirectos que generarían las plantas de celulosa- la falta de seriedad en afirmaciones acerca de que las fábricas no tendrán impactos negativos sobre el turismo, la apicultura y la pesca, basadas en la creencia no demostrada de que ni contaminarán ni su olor será significativo
Además, los representantes de Guayubira cuestionaron declaraciones públicas realizadas por funcionarios del Banco con relación a ese informe, que han resultado en el fortalecimiento de posiciones favorables a la instalación de las plantas, tanto por parte de las empresas como del gobierno y el consiguiente debilitamiento de quienes las cuestionan, tanto en Uruguay como en Argentina.
En base a la poca seriedad del informe y a la situación política generada por el mismo, Guayubira recomendó al Banco que se exija a la empresa consultora que mejore sustancialmente su informe para que entonces pueda servir de base para la consulta amplia que el Banco desea realizar. Al mismo tiempo, se planteó la interrogante acerca de si este estudio refleja una posible decisión tomada de antemano por el Banco, a lo que Mark Constantine (alto funcionario del Departamento de Industria y Servicios Globales de la Corporación Financiera Internacional) respondió enfatizando que "la decisión aún no ha sido tomada" y que "a esta altura necesitamos conocer las contradicciones que se identifiquen en este informe".

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Dia mundial contra los monocultivos(1)

Dia mundial contra los monocultivos(2)

Ciclo biologico del Aedes

Ciclo biologico del Aedes
colegio polimodal.

Pensiones para los de la facu, pero no para el Aedes.

Pensiones para los de la facu, pero no para el Aedes.
Colegio Polimodal 1ª"U"

PATOLOGIA & PATOGENIA.


Patogenia
•Se han emitido varias hipótesis para tratar de explicar la patogenia del dengue hemorrágico (DH) y síndrome de choque por dengue (SCD), entre estas la de Rosen, según la cual los casos de SCD son causados por cepas muy virulentas, pero aquí no se toman en cuenta los aspectos inmunológicos de la infección; la de Hammon, quien sugiere la probabilidad de que exista más de un virus asociado con el del dengue, que agrava el cuadro de la enfermedad (en Cuba, en las epidemias de los años 1981 y 1997 se halló un virus de influenza; pero esto no esclarece, por sí solo, la agravación del proceso); y la de Halstead o "secuencial", que es la más aceptada, pues según este autor en las personas que ya fueron infectadas por un serotipo de dengue y tienen anticuerpos contra él, al sufrir una nueva infección por otro serotipo viral se formarían inmunocomplejos con el virus infectante.
•Todavía no se han definido las particularidades de los virus que generan la FHD/SCD en presencia de anticuerpos antidengue preexistentes, pero se consideran las posibilidades siguientes:
•Un virus con mayor capacidad de replicarse en los fagocitos mononucleares.
•Un virus con atributos antigénicos que podrían mejorar la amplificación dependiente de anticuerpos (ADA) en las infecciones, como sus antígenos de superficie o sitios para su fijación y entrada al leucocito.
•Hipótesis de Halstead o Teoría Secuencial.
•Cuando un individuo se infecta por un serotipo, desarrolla inmunidad homóloga durante toda su vida y heteróloga sólo unos meses. Si es infectado por otro serotipo, desarrolla anticuerpos neutralizantes (contra este) con los que forma complejos inmunes. Los monocitos- macrófagos constituyen las células diana del virus del dengue y el mayor número de células infectadas en el dengue secundario se explica por el fenómeno de inmunoamplificación
•En el interior de la célula ocurre la multiplicación viral hasta la destrucción de la misma; los CD4 producen interferón gamma que activa los monocitos, los cuales son destruidos por la acción de CD4 y CD8 citotóxicos, liberándose FNT- alfa, IL-1 y PAF en altas concentraciones. Estos mediadores químicos aumentan la permeabilidad vascular, desarrollan el síndrome de fuga capilar capaz de llevar al shock, trastornos de la coagulación y por ende, manifestaciones hemorrágicas. Otro factor capaz de contribuir al shock lo constituyen los niveles elevados de óxido nítrico encontrados en pacientes con FHD/ SCD.
•Entre los factores virales se ha dado importancia a la secuencia viral; así, el riesgo de sufrir FHD/SCD es mayor durante la segunda infección producida por el virus de una cepa de origen asiático o de los serotipos 2 y 3, que cuando lo es del serotipo 4, y casi nunca cuando el segundo virus es DEN- 1.

•Se incluyen, los menores de 1 año de edad con infección primaria nacidos de una madre portadora con experiencia inmunológica dengue, los cuales portan anticuerpos transferidos por vía transplacentaria.
•Si los Acs neutralizantes se encuentran en concentraciones adecuadas, el efecto biológico será la neutralización del virus infectante, con independencia de la concentración de AcIH, y no se produce la inmunoamplificación; a la inversa, si disminuyen las concentraciones de los Acs neutralizantes, los AcIH presentes cumplen la función de aumentar la infección.
•En resumen, la respuesta inmune a una infección primaria por un determinado serotipo, origina anticuerpos (Acs) neutralizantes para virus homólogos ; que protegen al individuo a largo plazo. Pero, produce Acs a niveles subneutralizantes para serotipos heterólogos, responsables del efecto amplificador, todo lo que trae consigo que en una infección secundaria por un serotipo diferente se favorezca la diseminación de las células infectadas por todos los tejidos dando lugar a un aumento de la permeabilidad vascular, trastornos hemorrágicos y choque. En la fecha actual se acepta, por la mayoría de los autores, que el DH/SCD responde a un mecanismo multifactorial donde están presentes factores inherentes al virus y factores que dependen de la respuesta inmune del hospedero.
•Los factores de riesgo en la aparición y distribución de la enfermedad se agrupan en:
•a) Ambientales.b) Del agente.c) De la población susceptible.d) Del vector. Los macrofactores determinantes de la transmisión del dengue son los factores de riesgo ambientales y sociales. Los microfactores determinantes de la transmisión son aquellos factores de riesgo del huésped, el agente y el vector.


Cuadro Clínico
•El dengue se manifiesta como una enfermedad infecciosa aguda, caracterizada por un amplio espectro de manifestaciones clínicas que oscilan desde formas asintomáticas, fiebre indiferenciada hasta formas graves con hemorragia.
•Existen cuatro síndromes clínicos del dengue: . Fiebre indiferenciada . Fiebre de dengue. Dengue hemorrágico, o DH . Síndrome de choque del dengue. (El síndrome de choque del dengue es en realidad una forma grave del DH)
•Fiebre indiferenciada:
•Es aquella que no reúne los requisitos para considerarla como fiebre debida al dengue, ni signos de localización del cuadro febril. Es tal vez la manifestación más común del dengue. Un estudio encontró que el 87% de los estudiantes infectados fueron asintomáticos o sólo ligeramente sintomáticos. Otros estudios que incluyeron todos los grupos de edad también demuestran una transmisión silenciosa.
•Se manifiesta con fiebre, anorexia, cefalea y mialgias. Al examen físico pueden observarse erupciones transitorias, pero no se detectan adenopatías. Por lo general dura por lo menos 72 horas.
•Fiebre del Dengue:
•También llamado dengue primario o clásico, es usualmente benigno y autolimitado.
•El período de incubación oscila entre 5 y 8 días. Las características clínicas dependen de edad del paciente. Los lactantes y preescolares pueden sufrir una enfermedad febril indiferenciada con erupción maculopapular. Los niños mayores y los adultos pueden tener una enfermedad febril leve o bien la clásica enfermedad incapacitante. Las hemorragias de la piel con prueba del torniquete positiva no son raras. Es frecuente la leucopenia y en ocasiones se observa trombocitopenia. La tasa de mortalidad es baja.

•La afección se inicia de forma brusca con ascenso de la temperatura que al día siguiente puede alcanzar los 40 ° C, con o sin escalofríos, cefalea supraorbitaria intensa, dolor retroocular, que se exacerba con los movimientos oculares, quebrantamiento general, náuseas, vómitos, dolor abdominal (frecuente en DEN-4), anorexia y sensación de enfriamiento. Las mialgias se localizan fundamentalmente en espalda y región lumbar, con artralgias de grandes articulaciones (hombros, cadera y rodillas) y rigidez articular (marcha de presumido o de Dandy). Entre el 1er y 2do día aparece un rash eritematoso macular puntiforme en cara, tronco y extremidades, con eritema ocasional en la cara, cuello y tórax, de carácter fugaz, que al descamarse suele ser pruriginoso.
•Entre las 48 a 72 horas del comienzo de la enfermedad, la temperatura puede descender hasta casi normalizarse y desaparecen otros síntomas. Es característica la remisión que dura aproximadamente 48 horas y va seguida de la reaparición de la fiebre y otros síntomas, aunque menos intensos que en la fase inicial. Esta curva febril bifásica es característica pero no frecuente.
•En resumen, la fiebre de dengue es una enfermedad viral aguda caracterizada por: (Definición clínica de caso de fiebre por dengue)
•Fiebre, frecuentemente repentina, de 2 o más días con:
•Cefalea, frecuentemente descrita como retro-ocular.
•Mialgias y artralgias que pueden ser muy severas (fiebre quebrantahuesos).
•Náuseas o vómitos.
•Puede estar presente una erupción cutánea en diferentes etapas de la enfermedad, cuyo aspecto puede ser variable: puede ser maculopapular, petequial o eritematoso. (rash fino troncular )
•Manifestaciones hemorrágicas, que se explicarán posteriormente con más detalles.

•Los pacientes también pueden informar de otros síntomas, tales como picazón y aberraciones en el sentido del gusto, particularmente un sabor metálico. Asimismo, hay informes de fuertes depresiones después de la fase aguda de la enfermedad.
•Al examen físico, se puede detectar enrojecimiento de las escleróticas, hipersensibilidad a la presión de los globos oculares, bradicardia y adenopatías cervicales posteriores, epitrocleares e inguinales no dolorosas, así como hipotensión arterial.
•Algunos casos (DEN- 2, 3) pueden desarrollar señales y síntomas encefalíticos o encefalopáticos, tales como: Nivel reducido de conciencia (incluido letargo, confusión y coma); Convulsiones; Rigidez en la nuca; Parálisis.
•Además, pueden desarrollar subsiguientemente dengue hemorrágico típico.
•Hasta una tercera parte de los pacientes pueden desarrollar manifestaciones hemorrágicas, que por lo general son leves . Al final del 2° día o comienzos del 3er día puede aparecer:
•Petequias
•Epistaxis
•Gingivorragia
•Vómitos con estrías de sangre
•Sangramiento por venipunturas
•Hematuria
•Prueba del torniquete positiva
•Sangramiento vaginal
•Raramente estas son causas de hemorragias graves que lleven a la muerte. Es importante diferenciar los casos de dengue con hemorragia inusual del dengue hemorrágico.
•Otras manifestaciones inusuales son: hemorragia subaracnoidea focal, parálisis facial periférica, hematemesis, melena y hematuria que surgen después de 1 semana de desaparecida la fiebre, por lo que se considera un síndrome postinfeccioso.
•Estos pacientes pueden presentar: Encefalopatía; Insuficiencia hepática o hepatitis fulminante, demostrado por un incremento de las transaminasas y la bilirrubina, y un tiempo prolongado de protrombina (PT y PTT); Cardiomiopatía—defectos de conducción, miocarditis; o Hemorragia gastrointestinal severa.
•La convalecencia es larga y la astenia dura varias semanas.


Dengue hemorrágico:
•También llamado dengue secundario o fiebre hemorrágica por dengue/síndrome de shock por dengue (FHD/SCD) es una enfermedad producida por 1 de los 4 serotipos del virus, siempre que exista el antecedente de una infección previa.
•Es una forma clínica del dengue que principalmente afecta a niños que viven en zonas endémicas, y evoluciona con trombocitopenia y hemoconcentración.
•Es una enfermedad endémica grave en el Sur y sudeste asiático, en las islas del Pacífico y en América del Sur. Alcanza su mayor incidencia durante las estaciones de lluvia.
•La FHD se caracteriza por permeabilidad vascular anormal, hipovolemia y anormalidades en el mecanismo de coagulación sanguínea. En pacientes graves la principal alteración fisiopatológica es el choque.
•La enfermedad se presenta en un amplio espectro, caracterizado por: 1.
Fiebre.
2. Manifestaciones hemorrágicas. Prueba del torniquete positiva. Petequias o equimosis. Hemorragia gastrointestinal o algún otro sangramiento. Se puede observar una prueba del lazo positiva.
3. Trombocitopenia (<>20 %). Derrame pleural, ascitis o hipoproteinemia. Hepatomegalia. Shock.

Criterios de definición de caso clínico para el dengue hemorrágico
•Hay cuatro criterios—todos los cuales se deben reunir para satisfacer la definición de caso—que fueron establecidos inicialmente por un grupo de trabajo de la Organización Mundial de la Salud para notificar de un caso de DH.
•Estos criterios, tal como los enuncia actualmente la Organización Mundial de la Salud, son:
•Fiebre, o historia reciente de fiebre aguda;
•Manifestaciones hemorrágicas;
•Bajo recuento de plaquetas (100.000/mm3 o menos);
•Evidencia objetiva de aumento de la permeabilidad capilar, tal como se refleja por uno o más de los siguientes hallazgos:
–Hematocrito elevado (definido como un 20% o más sobre lo usual, o una disminución similar después del tratamiento de reemplazo de volumen);
–Bajo nivel de proteína en suero; o
–Derrames pleurales u otras efusiones.
•La extravasación de plasma es la diferencia crítica entre el dengue hemorrágico y la fiebre de dengue y significa que el paciente requiere fluidos, a veces grandes cantidades de fluidos intravenosos.


Dengue hemorrágico sin shock:
•Las manifestaciones clínicas son semejantes a las del dengue clásico, es decir, fiebre alta, vómitos, cefalea, artralgias, mialgias, anorexia, etc. La epigastralgia, la sensibilidad en el reborde costal derecho y el dolor abdominal son comunes. La temperatura es alta del 2do. al 7mo. día y posteriormente baja a nivel normal o subnormal, en ocasiones sube a 40° C o más y puede acompañarse de convulsiones febriles.
•Algunos pacientes se quejan de dolor de garganta y en el examen físico pueden encontrarse congestión faríngea. Ocasionalmente la temperatura puede subir hasta 40- 41° C y pueden presentarse convulsiones febriles.
•La manifestación hemorrágica más común es una prueba del torniquete positiva. En muchos casos se encuentran hemorragias en sitios de venipunsión. En la etapa inicial podemos ver petequias finas diseminadas por las extremidades, axila, cara y paladar blando. A veces se aprecia una erupción petequial concurrente con características áreas redondas y pequeñas de piel normal durante la convalecencia, cuando la temperatura ya es normal.
•Puede verse erupción maculopapular o rubeoliforme al principio o al final de la enfermedad. Las epistaxis y la hemorragia gingival son poco frecuentes. Puede existir hepatomegalia de 2 a 4 cm., dolorosa a la palpación. La esplenomegalia es infrecuente en lactantes, pero a veces se encuentra marcado aumento del bazo en la radiografía.
•Por lo general el hígado suele palparse a principios de la fase febril. Su tamaño oscila de apenas palpable a 2- 4 cm. por debajo del reborde costa, y no muestra correlación con la gravedad de la enfermedad, pero la hepatomegalia se observa con más frecuencia en casos de shock. Suele doler a la palpación.

•En los casos leves a moderados, todos los signos y síntomas desaparecen cuando cede la fiebre. La lisis de la fiebre puede ir acompañada de sudoración profusa y de cambios leves en la frecuencia del pulso y en la presión arterial, junto con frialdad en las extremidades y congestión de la piel. Estos cambios reflejan los trastornos circulatorios leves y transitorios resultantes de cierto grado de extravasación de plasma. Los pacientes suelen recuperarse espontáneamente o después de recibir líquidos y electrolitos.
•La mayoría de los pacientes de DH no entran en choque. Las observaciones de muchos pacientes con DH han indicado que muchos de aquellos que progresan al choque presentan ciertas señales de peligro antes de manifestar insuficiencia circulatoria.
•Estas señales de peligro incluyen:
•Dolor abdominal que es intenso y mantenido
•Vómitos persistentes
•Cambio abrupto de fiebre a hipotermia, con sudoración y postración
•Cambio en el estado mental del paciente, sufriendo de agitación o somnolencia.
•Todas ellas son señales de choque inminente y deben advertir a los clínicos que el paciente necesita una observación cuidadosa y fluidos.
•Las principales complicaciones de la FHD son: hemorragias graves en distintos órganos; intoxicación hídrica iatrogénica (por administración incorrecta de soluciones hipotónicas a pacientes hiponatrémicos), encefalopatía con CID grave, que puede llevar a oclusiones o hemorragias focales; insuficiencia hepática y renales agudas, síndrome hemolítico urémico (SHU) y miocarditis.

Síndrome de Shock por Dengue
•El estado del paciente, en los casos graves, se deteriora pocos días después del comienzo de la fiebre, aproximadamente entre el 3ro. y 5to. día con el descenso de la fiebre, aparecen signos de insuficiencia circulatoria: la piel se torna fría, a menudo hay cianosis, pulso débil y rápido, el paciente puede presentar letargo, inquietud, y luego entra en la etapa de shock.
•El shock se caracteriza por pulso acelerado y débil, reducción de la presión del pulso (20 mmHg o 2,7 kPa o inferior) o hipotensión marcada con piel fría, húmeda, oliguria y agitación. Estos pacientes están en peligro de muerte si no se les administra enseguida el tratamiento adecuado. La mayoría de los casos se mantienen conscientes casi hasta la etapa final. La duración del shock es corta, el paciente puede morir de 12 a 24 h o recuperarse con rapidez después del tratamiento. El shock no corregido puede llevar a la acidosis metabólica, hemorragia grave del aparato digestivo o cualquier otro órgano con un pronóstico desfavorable. Puede aparecer también encefalopatía por alteraciones metabólicas y electrolíticas.
•La convalecencia en el FHD con o sin shock suele ser corta, aún en casos de shock profundo. Una vez corregido éste los pacientes se recuperan entre 48 a 72 h. En la convalecencia es común la bradicardia o las arritmias sinusales y una característica erupción petequial por dengue.


El Sindrome de Shock por Dengue se caracteriza por:
• 0 - 48 h.
• Fiebre.
• Cefalea.
• Artralgia/mialgias.
• Dolor retroorbitario.
• Exantema.
• Discreto dolor abdominal.

• 2do. – 3er. día del inicio de los síntomas
• Petequias.
• Epistaxis.
• Gingivorragias.
• Hematemesis.

•Etapa crítica (3er. – 5to. día en el niño y 3er. – 6to. día en el adulto)
• Descenso de la fiebre.
• Dolor abdominal intenso (por derrame retroperitoneal).
• Derrame pleural.
• Ascitis.
• Vómitos frecuentes.
• Elevación del Hematocrito.


Clasificación de la gravedad del FHD/SCD:
Hay cuatro grados del FHD (Se deben cumplir los cuatro criterios de la definición de FHD para cada uno de los grados):
•En el Grado 1, hay presentes fiebre y síntomas constitucionales no específicos y la única manifestación hemorrágica es provocada, es decir, una prueba de torniquete positiva.
•En el Grado 2, además de las manifestaciones del grado 1, existe un sangrado espontáneo.
•Los Grados 3 y 4 representan el Síndrome de Choque del Dengue (SCD). El Grado 3 es choque incipiente, con señales de insuficiencia circulatoria.
•En el Grado 4, el paciente sufre de choque profundo, con un pulso y una presión arterial no detectables.


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